Trabajar desde casa tiene sus inconvenientes, y muy serios. Es muy muy fácil, si uno se deja deslizar por la pendiente de la dejadez, encontrarse unos meses más tarde tirado en un sofá con un plan de negocio que no se llegó a terminar nunca, con una página web a medio hacer, con el dinero que teníamos para montar la empresa agotado, con algún contacto pendiente de llamar desde hace semanas, etc.
Lo más importante es cómo empieces el día ya que marcará el resto del mismo y tu productividad:
1. Madruga. Nunca deberías levantarte después de las 9, y sería mejor hacerlo antes de las 8. Hay gente que trabaja mejor por la tarde, o incluso por la noche, pero aunque uno se haya acostado a las dos de la mañana es mejor echar una siesta para compensar las horas de sueño perdidas que levantarse tarde.
Cambiar el horario con respecto al resto del mundo hace que no estés disponible cuando otros lo están. Pero sobre todo impide que tengas un horario estable, en el que haya unas horas de trabajo al día aseguradas.
2. Cuida tu aspecto todos los días. No es cuestión de ponerse chaqueta y corbata para trabajar en casa, pero no deberías prescindir de la ducha y el afeitado (o el peinado en el caso de las féminas) ni de vestirte con ropa diferente a la que has utilizado para dormir. El rito del aseo y el vestido ayuda a ponerse en situación de trabajar.
3. Lleva a los niños al colegio. Aunque a tu pareja le venga bien, hazlo tú. Esto te obliga a madrugar y a ponerte en funcionamiento desde primera hora del día. Además hablas con gente, aunque sea pequeñita y llorona, y eso cambia tu estado mental.
Si no tienes niños, sal a comprar el pan o el periódico. O vete al banco a hacer una gestión . Lo que sea, pero salir de casa pronto te obliga a vestirte y asearte, y ver gente y hablar con ella nos impide caer en la dejadez.
Esperemos que os hayan sido utiles los consejos. Negocio para realizar en casa.