Muchos pensamos que una fiesta la hace la música o la comida o la bebida, y la verdad es que si alguna de las anteriores falla todo el evento puede venirse abajo, pero no son los únicos, incluso si se trata de una pequeña recepción un camarero Barcelona es la clave para que todos se sientan bien atendidos y a gusto.
La comida y la bebida pueden estar muy bien hechas y servidas, pero lo cierto es que si no son distribuidas entre los asistentes, su excelencia pasará desapercibida. Es así como una de las tareas más importantes de un grupo de camareros es trasladar todo y ponerlo al alcance de los invitados. Pero no sólo de eso se encarga este grupo de profesionales.
Desde antes que todo comience estas personas pueden prestar su apoyo en la preparación de las mesas y organización de entremeses y copas según el itinerario que se tenga planeado. Por ejemplo, si en principio se busca servir vino y en algún momento especial de la velada se ofrece una copa de champaña a los asistentes.
La hora de la cena es fundamental, la mayoría de las veces es más práctico armar lo que se llama una línea o fila de invitados, para que cada uno se sirva lo que desee de entre todas las porciones que se han pensado para satisfacerles. Es un momento en que los camareros deben estar allí para apoyarles en el proceso, mientras que otros estarán atentos de la distribución de la bebida.
Estos son los principales asistentes, que durante toda la velada serán ojos y oídos muy útiles para el anfitrión o grupo de anfitriones del evento. Será imposible estar en todos lados a cada momento, pero los meseros podrán hacer las veces de ello y consultarnos en caso de que alguna cosa especial haga falta a los invitados.
En función al presupuesto disponible, será preciso distribuirlo de la forma más eficaz. Aquel equipo que estará a cargo de trabajar en los preparativos y el que estará durante del evento, son fundamentales y deben ser contratados de acuerdo a la cantidad de invitados que asistirán.