Uno de los aspectos más importantes para el cuidado de un vehículo es realizarle los mantenimientos preventivos tal y como lo exige el fabricante o incluso algo antes de sus límites. Las revisiones que han marcado se han establecido a partir de verificaciones en las fábricas y están destinadas a evitar averías en los vehículos. El libro de revisiones marca qué operaciones se han de hacer y cada cuánto tiempo o cuántos kilómetros.
A veces aunque usemos poco el coche deberemos de hacer las revisiones porque los elementos pierden sus propiedades (líquidos, etc…).
De todas formas, nuestro taller nos recomendará dependiendo del kilómetraje y del uso qué hacemos del vehículo cada cuánto debemos hacer las operaciones y revisiones. Los profesionales del sector conocen los fallos más comunes y cómo podemos evitarlos adelantándose a determinados problemas.
Otra cosa importante para el mantenimiento del motor es no forzar el vehículo cuando está frío el motor. Esto es debido a que mientras no está a su temperatura de trabajo el aceite y los líquidos no están haciendo del todo su función, y podemos producir desgastes importantes que acorten la vida de nuestro vehículo. Además, en los vehículos turboalimentados, tanto gasolina como diesel, es muy necesario que el aceite llegue a su temperatura para que lubrique bien el eje de giro del turbocompresor, ya que este puede llegar a la friolera de 3000 rpm y si no se lubrica bien puede dañarse y mucho.
Además, después de un viaje largo, es conveniente esperar unos minutos con el coche a ralentí para que el aceite y el líquido refrigerante pase por todo el motor enfriando todos los componentes, y para que el turbo baje de revoluciones y no se quede acelerado. Si apagamos en este momento el motor, el turbo puede girar sin lubricación y su eje puede coger holgura, haciendo que el aceite se pase a dentro del motor y podamos romperlo. Mejor oferta aquí.